Relato erótico: Comida en gabardina (Español)

Gabardina (foto de la Lady )
Llevo más de media hora corriendo, noto el frío de la calle en la cara y el
calor del corazón que late al ritmo de la última lista de reproducción mix de
los años 80 'que he encontrado. Ya de vuelta por el paseo, el olor a mar me
motiva y ver a los demás corredores, la mayoría estrenando bambas, como yo,
después de Navidad, me hace disfrutar como nunca de hacer deporte al aire
libre.
Cuando llego a la Barceloneta de nuevo, paso de la hora, no es mucho, pero
hoy no tengo más tiempo, he salido tarde del trabajo y estoy muerto. Voy
reduciendo la marcha, haciendo los últimos estiramientos, y ahora sí, paseo
tranquilamente hasta el gimnasio, me ducho y voy hacia el coche.
Una vez dentro, miro el móvil, tengo dos mensajes, uno de mamá que respondo
para dar señales de vida, y uno de ella, de voz. Sólo saber que la escucharé,
sonrío, hace días que no nos vemos, la relación demasiado intensa y necesitábamos
un poco de aire, pero la extraño más de lo que creía. La escucho, parece que
ella también me echa de menos, la calidez de su voz, dulce, sensual, me cautiva
como siempre, y todavía tengo más ganas de verla. El mensaje no es muy largo, lo
escucho un par de veces más. No sé qué responder, arranco el motor y voy hacia
casa, más tarde le digo algo.
Al salir del parking, voy un momento a la panadería de enfrente a buscar
pan.
Cuando estoy esperando en el semáforo a que se ponga verde para cruzar, la
veo en mi portal, mirando hacia todos lados, me está buscando. Noto como todo
yo me acelero, tan pronto cambia a ámbar para los coches y van frenando, cruzo,
impaciente, llevo la bolsa de deporte a la derecha y el pan a la izquierda...
entonces se gira, al verme sonríe, con esa boca que me vuelve loco, los ojos
color miel le brillan, pero no está convencida del todo, sabe que no me gustan
las sorpresas, pero hoy, me encanta que esté aquí.
Me paro delante.
—Hola —me dice dulce —no sé si te va bien
que venga, la verdad es que no lo he pensado hasta ahora, y bueno... Si quieres
me voy... no sé... dijimos de darnos un tiempo, lo entenderé si quieres que me
marche... —y se empieza a morder el labio nerviosa, mirando al suelo.
—No... Me gusta que hayas venido, ha sido una buena idea. ¿Subimos?
Sólo por la sonrisa que me dedica, ha valido la pena. Le doy la barra de
pan, abro la puerta y entramos dentro. Lleva una gabardina negra y unas botas
de tacón, me sorprende, normalmente va plana. También lleva la melena más rojiza,
supongo que para fiestas se lo habrá tintado.
Una vez en el ascensor, voy a acercarme, pero me dice que no, se abre la
gabardina y debajo sólo lleva un conjunto de ropa interior con tanga y liguero
negro, como las medias hasta medio muslo, y pequeños lazos rojos en los pechos
y las caderas... ufff... se me acerca, hasta poner su boca a la altura de mi
oreja y me pregunta si me gusta lo que lleva, mientras el olor de su perfume me
embriaga los sentidos. Me estoy excitando, le respondo que "sí", y me
empieza a recorrer la barba con su boca, hasta quedar sobre la mía, trago
saliva mirándola a los ojos, y nos damos un primer beso, más bien tímido, y otro
segundo más atrevido. Me pasa la lengua por encima de los labios, que abro
lentamente para dejar que la entre hasta encontrar la mía, y empezamos a jugar.
Ella me pone la mano en la nuca rapada al cero y hace círculos con los
dedos, ¡madre mía! Me estoy poniendo muy caliente. Noto su cuerpo contra el
mío, cada vez más juntos, hace rato que he dejado caer la bolsa y que le repaso
el cuerpo bajo la ropa, comiéndonos la boca hambrientos, atrevidos, excitados.
Le pongo la mano entre los muslos justo cuando llegamos a la planta, el timbre
del ascensor nos despierta de golpe, ella se aparta y se abrocha la gabardina,
aún con el pan en la mano. Salimos, no hay nadie, abro la puerta de casa y una
vez dentro, dejamos la bolsa y el pan en la entrada, le quito la gabardina y
vamos hasta el comedor.
Levantándole el brazo, le hago dar una vuelta para mirarla por todos lados,
está muy sexy, lleva lo que siempre le he dicho que me gustaría que se pusiera.
—Soy tu regalo de reyes...
No puede decir nada más, le sujeto la cara entre las manos y le empiezo a
comer la boca a saco, ella se aguanta en mis brazos para no caer hacia atrás, y
poco a poco se relaja, pasando los dedos por mis hombros, hasta el cuello,
gimiendo suavemente.
Al cabo de un rato, hago que se siente en el sofá, apoyada hacia atrás, me
quito la camisa, los pantalones y los calcetines y me pongo de rodillas ante
ella. La abro de piernas para ponerme en medio, le empiezo a sobar los pechos
mientras le beso el cuello, la clavícula... todavía tiene la piel fría...
encorvando la espalda, me acerca los pechos, le bajo las copas, ella se los acomoda
bien y primero uno y luego el otro, los empiezo a lamer, hasta tener los
pezones bien duros y chuparlos lentamente, disfrutando de notarlos entre los
dientes, mientras ella gime y mueve el cuerpo hacia mí. Está muy excitada, pero
yo la quiero guarra, sigo jugando con los pechos, que ahora, ella sostiene con
las manos, mientras bajo una de las mías hacia su coño. Hace ánimo de cerrar
las piernas, pero no puede, yo estoy en medio, y gime fuerte cuando paso la
mano por encima del tanga, presionando más fuerte.
Respira entrecortada, me atrae la cabeza hacia sus pechos, quiere más, ufff...
como me gusta cuando se pone así... chupo más fuerte hasta que siente una
punzada de dolor, gruñe y me aparta, alza un poco el cuerpo y me empieza a
comer la boca de nuevo, descontrolada... la hago volver a apoyarse en el sofá y
bajando la cabeza, paso la nariz por sus ingles, totalmente depiladas, huele a
una mezcla de crema hidratante y perfume... mmm… salivo, y empiezo a pasar la
lengua de abajo a arriba, mirándola, aún con los pechos por encima del sujetador,
abierta de piernas, caliente, joder... paso la lengua mojada por encima del
tanga, también húmedo por su flujo, que se mezclan, quedando empapado. Lo aparto
y empiezo a pasarla por los labios, suaves, hasta que ella levanta las caderas,
quiere que se la meta dentro, su deseo me pone más caliente aún, la tengo bien
dura, enervada, y con cuidado, empiezo a pasar la lengua por su interior, por encima
del clítoris, que la hace temblar, voy arriba y abajo, oliendo, comiendo con la
boca abierta, hasta meterle toda dentro, cogiéndola fuerte por los muslos, que
no se pueda mover y disfruto de sentir su interior en mi boca, apretando
fuerte, escuchando sus gemidos, casi gritos, cuando cruza las piernas en mi
nuca, tumbada en el sofá, y sigo lentamente, ignorando sus súplicas de que acabe,
repasando cada rincón mil veces si es necesario, hasta que las piernas le
tiemblan tanto que el orgasmo es inminente y poniéndole dos dedos en el coño,
me dedico a chupar y lamerle el clítoris, duro e hinchado. Ella grita, se mueve
poseída, con los ojos cerrados, y de golpe para, sólo algún espasmo cuando paso
por encima, pero está ko, exhausta...
Ahora mismo, estoy muy cachondo, demasiados días sin follar y empiezo a
estar muy burro, ella lo sabe, me mira riendo, con las mejillas sonrojadas.
—¡Me ha encantado!... Ahora me toca a mí... —me dice bajándome el bóxer.
—No creo, no duraré, estoy demasiado excitado
—Vaya... y qué quieres hacer?
—¡Follar-te!
La expresión de la cara le cambia, sumisa se pone delante de mí — ¿Cómo quieres que me ponga?
—De rodillas, de cara al sofá.
Calmada, me obedece. Aún arrodillado, veo como baja ante mí, pone un pie en
cada lado de mis piernas, se inclina hacia el sofá con las manos al lado de la
cara, contra el cojín y el culo hacia mí.
Ufff... le doy un cachete suave en la nalga, se queja, pero sigue inmóvil, le
doy uno más fuerte, que le deja los dedos marcados... — ¡Ay! Ten cuidado... -parece que ya es suficiente, le aparto la tira del tanga y empiezo a
pasear el glande por su entrepierna, que aún está húmeda, la escucho gemir
ahogada por el cojín, y le meto la polla muy despacio, ella pone el culo más en
pompa y abre más las piernas, ahora ya gime fuerte, voy haciendo pequeñas
embestidas, repartiendo la humedad entre los dos, cada vez más rápido, con una
mano sujetándola por el tanga, y con la otra le cojo el pelo largo, obligándola
a levantar la cabeza, abriendo la boca, como una esfinge, y ahora sí, noto los
huevos llenos, embisto más fuerte y rápido, sus gritos pidiendo que no pare, me
hacen perder la razón del todo, y dejando que salga el animal que llevo dentro,
la sujeto fuerte con las manos y, también gritando, me la follo como un loco,
no puedo parar, una y otra vez, hasta el fondo, cabrón, irracional, y sigo
hasta que empieza a temblar, y dejándome ir, me corro brutalmente en su
interior, a la vez que ella, notando como vacío los huevos a sacudidas, hasta
quedar encima de ella, con el corazón latiendo a cien por hora, y la cabeza ida,
pero muy satisfecho, dándole un beso en la espalda, mientras le acaricio el
muslo.
Cuando se la saco, veo como la corrida empieza a salir entre sus labios,
ella se pone el tanga, se levanta como yo, me besa y va hacia el baño, la oigo
hablar de lejos —No te vistas, todavía
no hemos acabado...
Sólo puedo sonreír mientras espero que vuelva.
#byLady
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